Wiki José Salazar Cárdenas
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Primeras huellas[]

A la llegada de los españoles la zona estaba habitada por el grupo étnico llamado tecos, los cuales tenían como sede al pueblo de Caxitlán, en un lugar situado a cinco kilómetros al norte de la actual estación de ferrocarriles de Tecomán. Se ha considerado históricamente al Valle de Tecomán como la región más importante del Reino de Colima.

En 1523 fue fundado Tecomán (a dos leguas de Caxitlán). El factor principal fue la conveniencia de los españoles para poder controlar a los indígenas, obligándolos a concentrarse y fundar un pueblo, al cual denominaron "Santiago de Tecomán". El nombre de Santiago lo tomaron del apóstol que veneraban como patrón del hospital que data aproximadamente de 1550. Tecomán nació como un pueblo autóctono y siguió siéndolo y conservando el nombre de Santiago de Tecomán hasta fines del siglo pasado.

El primer ayuntamiento tuvo lugar en Caxitlán en 1523. La autoridad fue evolucionando; posteriormente fue dirigido por subdelegados desde el año de 1810. En 1833 aparecen los tenientes; luego, en el Porfiriato, surgen las subprefecturas políticas y en el año de 1914 se inicia una nueva etapa al tener la junta municipal su primer presidente. El 26 de enero de 1952 se erige la cabecera municipal como ciudad.

Alimentación[]

Ahora se sabe que en los inicios de la vida sedentaria favorecida por la agricultura, el maíz no fue una planta alimenticia fundamental ya que otros cultivos, como el de la calabaza y el camote, eran más conocidos y apreciados. La persistencia de los agricultores en el cultivo del maíz, y la selección que efectuaban cada temporada de las mejores semillas de una mazorca, así como las cruzas entre diversas variedades cultivadas y silvestres, llevó a que se obtuvieran plantas cada vez más grandes y mazorcas con granos más harinosos. La siembra del frijol al pie de las cañas de maíz ayudó también a que éstas crecieran más robustas y sanas ya que, como se sabe, aquél devuelve a la tierra propiedades nutritivas que otras plantas consumen.

En un principio, la práctica agrícola mas extendida fue laque se conoce como roza y quema, que se prcaticva aín en la actualidad en las laderas de los cerrros o en las partes boscoasa templadas y tropiclaes. Para ello, los agricultores derrribaban los árboles grandes del terreno con hachas de piedra, retiraban los troncos que puedieran utilizar para la construcción o como combustible, y luego prendían fuego al campo. Entre las cenizas se abrían agujeros con un bastón endurecido al fuego (coa), y allí se depositaban las semilas de maíz y del frijol. Las llluvias se encargaban de que crecieran las semillas en una tierra enriquecida por las cenizas.

Después de que el terreno se cultivaba dos o tres veces, se buscaba otro cercano y se repetá la roz y quema. El terreno original no se volvíaa sembrar hasta que se recuperara una nueva vegetación. En las tierrras cercanas a los ríos, o con corrientes de agua próximas, empezó más tarde a practicarse la agricultura de riego, sobre todo en aquellas regiones donde la escasez de lluvia lo hacía necesario.

Conquista[]

Cortés expresa en sus "Cartas de Relación": ya para principios del año 1522 tenía expedita la salida hacia el mar del sur por tres partes, distantes la una:cerca de ciento treinta leguas de México", la segunda cerca de ciento cincuenta leguas de la misma capital, y la tercera por una ruta que, atravesando el reino tarasco, pasaba por tierras de un Gran Señor con quien los michoacanos tenían guerras. Este último lugar era el puerto de Zacatullan, en la desembocadura del río del mismo nombre, hoy llamado Mezcala o (del) Balsas.

Para explorar ya con cierta seriedad en esta última zona teniendo como mira el recabar de los naturales cuantas noticias supiesen acerca de las islas de las Amazonas, envió don Hernando al Alférez Francisco Montaño, acompañado de los españoles Diego de Peñalosa, Gaspar de Tarifa y Bartolomé López, servidos de regular número de tarascos, mexicanos y tlaxcaltecas amigos, y después, ya bien reconocida la costa y sabiendo del buen aparejo que en ella había para construir navíos, ordenó Cortés que el capitán Juan Rodríguez de Villafuerte, con un bien seleccionado grupo de carpinteros de ribera, aserradores, herreros y hombres de la mar, en número de cuarenta y fuerte escolta de soldados españoles e indígenas, se traladaran desde Coyoacán al puerto de Zacatula con el fin de construir en dicho lugar dos carabelas medianas y dos bergantines para navegar con ellos a lo largo de la costa, buscando descubrir nuevos secretos en aquella tierra aún desconocida.

Para éstas tareas Cortés proporcionó también a Villafuerte todo el hierro,áncoras, velas, maromas, jarcias y aparejos de las naves que habían quedado en Veracruz, y según Bernal Díaz del Castillo le reforzó su resguardo militar enviando en su compañía al también capitán Juan Alvarez Chico natural de Fregenal y hermano de Francisco Alvarez Chico...".

Juan Rodríguez de Villafuerte, en el dicho año de 1522 pasando por Mechuacan, se trasladó a Zacatula y allí empezó a ejecutar los trabajos a él encomendados por don Hernando; pero en vista de que los soldados españoles eran muy bulliciosos y aficionados a la aventura, al poco tiempo de hallarse ocupados en estos trabajos, sabiendo que los pueblos de la provincia o reino de Colliman, casi colindantes con Zacatula, eran ricos y supuestamente fáciles de conquistar, decidieron hacer algunas "entradas" en ellos buscando ensanchar su dominio o región, pero los indios al verse agredidos se organizaron en defensa y prácticamente pusieron en estado de sitio a los españoles de Zacatula.

Según el decir del Lic. Lebrón de Quiñones, Visitador de Colima y su provincia en los años de 1551-54, era opinión generalizada en boca de los conquistadores del señorío de Coliman, que vivían entonces en la villa colimense y con quienes él pudo informarse, en el único lugar donde los indígenas hicieron resistencia fuerte a los españoles durante la conquista del dicho señorío, fue en el pueblo de TECOMAN, donde según declaración textual de los aludidos informantes "desbarataron una o dos veces a los españoles y después se dieron de paz"; por lo cual es de creerse que Villafuerte llegó hasta Tecomán y allí fue desbaratado y puesto en fuga por los indios, considerándose este hecho como el primer contacto bélico habido entre los ejércitos españoles y colimecas, y el pirmer descalabro sufrido por las armas hispanas en tierras de Coliman.

Tecomán, según se descubre por las noticias que al respecto aporta el conquistador Jerónimo López, compañero de Sandoval en la conquista y fundación de Coliman, era un lugar fortificado que amparaba estratégicamente el pasaje más importante de la zona, y no solo la defensa contra la incursión de los cristianos, que era inmimente, sino para las guerras anteriores con los enemigos indígenas de las regiones circunvecinas, especialmente los tarascos. Y a este recinto fortificado llamáronle los conquistadores hispanos: "El Palenque de Tecomán", y su ubicación debió hallarse necesariamente en el poblado más importante y apreciado del señorío, ubicada en el valle tecomense que por el oriente y occidente delimitan los ríos Coahuayana y Armería, llamados en el siglo XVI "de Alima" y "Grande de Caxitlan" respectivamente.

Como la defensa del Señorío de Coliman era jefaturada por el caudillo militar y político que el P. Tello llama "Rey Colimote", es de creerse que éste, secundado por tlatoanis de las provincias sujetas al Señorío de Coliman, organizó la defensa del Palenque de Tecomán,


Visita de Lebrón de Quiñones[]

Como hecho notable acontecido en la provincia de Colima durante el siglo XVI, fue la visita que realizó a su territorio el Lic. Lorenzo Lebrón de Quiñones, Oidor del reino de Nueva Galicia, que fue comisionado por el virrey Luis de Velasco para que hiciera una visita a los pueblos de Colima, hecho que tuvo lugar desde octubre de 1551 hasta febrero de 1554. Dentro de ese viaje, visitó el Valle de Tecomán. A su regreso elaboró un documento conocido como Relación Sumaria de su visita a los pueblos de Colima, en el cual informó con bastante precisión sobre el estado de las cosas prevaleciente en ese entonces.

Sobre la despoblación dice Lebrón: “Hallé a los naturales de aquellas provincias muy perdidos, pobres, fatigados, asolados en tanto número y grado, que a lo que fui informado, no hay centésima parte de gente que cuando fueron conquistados. Muchos pueblos que ahora quince o veinte años, tenían diez mil indios y más, no se hallan ahora cuarenta o cincuenta. Sacaron los españoles gran suma de indios e indias, niños y niñas que en muchos pueblos no quedaban sino los muy viejos e inútiles”.

Pidió al virrey “le diese mayores facultades en lo espiritual para contener el desorden y vejaciones que los naturales recibían de los clérigos”.


En síntesis, el Lic. Lebrón de Quiñones fijó una tributación más justa, liberó esclavos, fustigó a los explotadores, expidió 104 ordenamientos para reglamentar la vida social y política de los pueblos, por lo que los encomenderos y caciques lo consideraron “hombre aborrecible y odioso”, levantándole muchas calumnias y acusaciones infames a este juez ejemplar que se considera como precursor de la seguridad social y benefactor de Colima. En su visita a los valles de AYUTLA, ATENGO, TENAMAZTLAN, AUTLAN, DESPUCHIMILCO Y TECOMAN, encuentra 35 huertas o plantaciones de cacaos, con 373,000 árboles en producción, pertenecientes a 27 vecinos de la provincia; y 18 estancias de ganados mayores[1] y menores[2] (vacas, yeguas, puercos, asnos y ovejas “ganado menudo”) con 15,880 cabezas, pertenecientes a 17 familias. (Con la introducción en la agricultura colimense del cultivo de la palma de cocos (1569), las huertas de cacao fueron gradualmente transformadas en plantaciones de cocoteros, generalmente productoras de tuba, de cuyo beneficio nació la -industria del vino de cocos, lucrativa empresa cuyo auge abarcó la totalidad del siglo XVII y casi la mitad del XVIII, en que por decretos virreinales fue prohibida debido a la competencia que este producto colimense hacía en el mercado de la Nueva España a los vinos españoles [3].

Para aclarar el cambio en el cultivo del cacao por el de la palma, basta recurrir a la Revista Filipina, publicación Trimestral de la Lengua y Literatura Hispanofilipina[4], donde se asienta la posibilidad de que “Los factores ambientales naturales también fueron desconsiderados con los intereses de los residentes españoles en esta olvidada provincia, la geología y el clima no facilitaron las cosas a sus afanes de prosperidad inmediata: el suelo les negó los minerales preciosos, y la moneda sembrada fracasó gracias a las veleidades climáticas, dado que las huertas de cacao sucumbieron a los continuos huracanes de la región”. Incluso las dificultades naturales del paso del tiempo y los cambios en la propiedad ejercieron su influencia y privilegiaron a un mejor cultivo. Basta citar el caso de Pinzón el viejo y el mozo, quienes protagonistas de la mencionada Acta Relación, eran dueños de una de las mejores huertas de cacao en la zona de Caxitlan llamada “el cuarto de Pinzón”, andando el tiempo se convirtió en una huerta de palmas de coco, y que se ubicaba en lo que después llamaron Zapotlanejo o “Los Chinos”, cerca de la antigua Hacienda del Rosario[5].

Para estas fechas era muy clara la situación de la provincia de Coliman, producían para la corona española y para ellos, de ninguna manera para el nuevo territorio conquistado. Esta situación se acerca mucho lo planteado por Jacques Boudeville [6]y que refleja en toda su amplitud el concepto de espacio homogéneo, donde el espacio continuo en cada una de sus partes presentan características lo más próximo posible a las demás.

“No es de extrañar pues, que esa civilización del siglo XVI tan entrañablemente impregnada de caridad que los misioneros plantaban en el nuevo continente tuviera las mismas características del viejo y cristiano mundo. Así pues como algo de la misma esencia de las misiones nacieron los hospitales en México. La iglesia al mismo tiempo que iluminaba las almas con la luz de la fe, daría a los cuerpos el consuelo de la piedad enseñando a los naturales a hermanarse en el dolor y en la desgracia. Los misioneros no pusieron límites precisos a su actividad redentora. De su naturaleza era abrir el terreno, brechear, sembrar el bien.


Así fueron surgiendo los hospitales en las rutas recorridas por los religiosos, proliferando más en aquellas zonas en que su actividad fue más sólida y continuada; como se demuestra en un mapa del Instituto de Geografía de la Universidad Autónoma de México que trae en su obra sobre los hospitales del siglo XVI la señora Josefina Muriel, y en el que se ubican las fundaciones de hospitales que había en ese tiempo, pero según las clasificaciones de las 


[1] ESTANCIA DE GANADO MAYOR, medida de superficie de forma cuadrada de 5,000 varas por lado, igual a 25 millones de varas cuadradas, equivalente a una Legua Castellana cuadrada, en medidas actuales equivale a 17.49 Km2. HISTORIA ECONOMICA DE LA NUEVA ESPAÑA EN TIEMPO DE LOS AUSTRIAS. Francisco R. Calderón. Fondo de Cultura Económica/Economía Latinoamericana.

[2] ESTANCIA DE GANADO MENOR, medida de superficie equivalente a la mitad de la Estancia para Ganado Mayor. Óp. Cit.

[3] Idem. Op. cit. P. 76

[4] REVISTA FILIPINA DE LA LENGUA Y LITERATURA HISPANOFILIPINA, Profr. Adolfo Gómez Amador, Tomo IV No. 2 Otoño 2000.

[5] Idem. Op. cit. P. 69

[6] EL ESPACIO ECONOMICO, Boudeville Jacques, EUDEBA, Argentina, 1969. Cap. 1.

 

actuales entidades que forman la República Mexicana. Según dicho mapa había entonces 119 hospitales; correspondiendo 72 a Michoacán, y luego sigue Colima con 9, Jalisco y Guerrero tenían 7 cada uno; y menos en las demás partes, comenzando por Veracruz y Puebla que apenas tenían 4.

Los hospitales correspondientes al territorio de Colima eran los de Caxitlan, Comala, Ixtlahuacan, Suchitlan, Juluapan, Quizalapa, Almoloyan, Tecoman y Zacualpa; y ya en el Estado de Jalisco notemos también el de Xilotlan. Y en ese orden se encuentran numerados en el mapa. El de Caxitlan con el número 1 y el de Tecomán con el 8; aunque pensamos que esta clasificación es únicamente de orden técnico.

Conociendo pues la existencia de estos dos hospitales en la región tenemos desgraciadamente que lamentar la carencia de noticias y datos del de Caxitlan; pero los tenemos del de Tecomán, y comienzan en el año de 1712. Por ellos sabemos que dicho hospital de Tecomán era de los fundados bajo la advocación de la "Pura Concepción de María" y estaba colocado bajo la supervisión y protección del cura de San Francisco de Caxitlan”[1].

Por la extensa obra de los cronistas Agustinos, el Pbro. Roberto Urzúa Orozco[2] consigna en su trilogía editada la enorme labor de estos sacerdotes predicadores y nos regala la siguiente información; “Por lo que toca a las características de origen de los hospitales de México pasaremos un poco como sobre ascuas; no porque sea vago o nebuloso el asunto; sino por el embrollo que discusiones de eruditos e interesados han creado en torno al asunto. Sólo diremos que tanto los hospitales fundados por don Vasco de Quiroga como los de los religiosos, franciscanos y agustinos, tuvieron sus rasgos particulares en su organización y en sus métodos, como era natural siendo de distinto padre; pero siendo la caridad cristiana la madre común de todos ellos, tenían muchas notas en común y siempre se hermanaron en sus piadosos desempeños. Por lo tanto a nosotros nos tendrá sin cuidado el problema de quién haya sido el primero en emplear tal o cual método,

La intención que movió al obispo de Michoacán don Vasco de Quiroga para iniciar su obra social fue según dice: "la de poner y plantar género de cristianos a las derechas"; es decir íntegros según 'la perfección evangélica; y el mejor camino que para eso imagina es desarrollar las cualidades que en el indio por su naturaleza y circunstancias les eran propias: la resignación a la pobreza, menosprecio del mundo y de lo superfluo, docilidad, pronto servicio y humilde obediencia. Y para esto los agrupa en pequeñas comunidades donde se servirán mutuamente ayudándose a una superación material y espiritual, redundando todo en beneficio de los más necesitados. Ahí se recogerían a los huérfanos para formarlos, se daría hospedaje a los peregrinos, techo y comida a los momentáneamente desamparados, y albergue definitivo y permanente a los enfermos y ancianos.

Como aún estaba viva la costumbre medioeval de dar a las instituciones que tales beneficios prestaban el nombre de hospitales así los llamó don Vasco. Pero también cómo a aquel selecto conglomerado de personas reunidas en pequeños grupos de locales o chozas con sus tareas específicas y sus respectivas ordenanzas las consideraba como un pequeño Estado al referirse a él lo llama "república del hospital".

En realidad pues, el hospital no era un edificio sino un grupo de ellos donde había casa de cuna, orfelinato, escuela, enfermería, talleres, iglesia, y residencia para sus habitantes; todo lo cual constituía una verdadera ciudad con vida de tipo comunal.

Las dificultades que se presentaron a tan complicada organización decidieron a don Vasco a simplificar el sistema renunciando a la idea del hospital pueblo, convirtiéndolo más bien en un centro dinámico de la vida popular, y logrando con esto no únicamente un funcionamiento más expedito y eficaz como el fortalecimiento de la obra hospitalaria y su rápida difusión por todo el obispado de Michoacán.

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[1] URZUA OROZCO ROBERTO, El Hospital de Tecomán, Capítulo VI del Libro Coliman, Caxitlan y Tecoman. Pags., 6-8.

[2] Socio de Número de la Sociedad Colimense de Estudios Históricos y Premio Colima Humanidades.

Estos hospitales eran un edificio grande con tres departamentos, uno para enfermos y peregrinos, otro para el ayuntamiento de los indios, o "Viejos Principales, y el otro para los semaneros; o sea para los habitantes del pueblo que por rigurosa rotación servían en el hospital por semanas. Estos hospitales estaban vinculados a la parroquia; y nada era más natural pues siendo obispo don Vasco la mejor manera de hacer llegar su influencia hasta ellos era por medio del párroco[1].

Como una conclusión, nuestro Historiador Urzúa nos dice “No es pues de ninguna manera temerario el pensar que los hospitales de Caxitlan y Tecomán pertenecen a la generación de los agustinos de por los años 1553-70, y que quizá fueron fundados por los P. P. Villafuerte, Bautista Moya y compañeros, tomando en consideración todo lo anteriormente relatado; o sea, lo que nos cuenta Basalenque sucedía en el año de 1533; que el P. Villafuerte murió en 1577; que era el sello característico de su obra la policía de los pueblos y la fundación de hospitales, que su actividad llegó hasta este valle de Tecomán, y que en él había ya en el siglo XVI los hospitales de Caxitlan y Tecomán, como consta por la lista general de hospitales de toda la Nueva España de ese tiempo en la cual figuran ambos según lo referimos antes.

Posteriormente los religiosos franciscanos regresaron sobre sus primeras rutas para ya quedarse, en Colima desde el año de 1554 y un poco después en Caxitlan y continuaron amparando esas caritativas instituciones; luego cuando se fundaron las parroquias quedarían bajo la protección del clero secular.

No debe extrañarnos que en las relaciones de las crónicas citadas o en otras de la época o posteriores al referirse a esta región se hable sólo de Caxitlan, pues debemos tener presente que este pueblo fue “cabecera de partido” primero y “cabecera parroquial” después; en cambio el de Tecomán tan sólo era una insignificante “doctrina de indios”, distante a dos leguas de aquel. (Cap. VIII).

Sin embargo, por esas ironías de la historia, no existe ningún vestigio o dato histórico del de Caxitlan; en cambio sí los tenemos del de Tecomán, aunque sean de su última y decadente etapa.

Estos se encuentran en el archivo parroquial en un libro de cuentas y administración de dicha institución formado por un atado de legajos de más o menos bien conservada escritura, reunidos sin orden cronológico y paginados a intervalos, que por las fechas reales que contiene va del año de 1712 al de 1794[2].

Así pues, nos encontramos al Hospital del pueblo de Tecoman en lo que es hoy el jardín Miguel Hidalgo y su correspondiente Cofradía de Nuestra Señora de la Concepción.

Se puede deducir por ello que la fundación del pueblo Tecomán se llevó a cabo en fecha no precisada, entre 1523 y 1526; el núcleo de población no existía como tal antes de la conquista sino que se formó como fruto de la pacificación impuesta por los españoles al derrotar al imperio de los tecos; y hasta entonces se había designado con el nombre de Tecoman a todo el valle.

Según la relación de Villaseñor y Sánchez, en el año de 1748 su población estaba formada únicamente por sesenta familias de indígenas.

El pueblo nació llamándose “Santiago Tecoman”[3]. Así se ve en el título por el cual en el año de 1581 el virrey don Luis de Velasco concedió en propiedad tierras y salinas a la comunidad indígena de este pueblo. Cuenta ahí el virrey Velasco cómo los indios del pueblo Santiago Tecoman se le presentaron y en su lengua mexicana le dijeron: “tlatoanzmixpan tznco, timoc nomatico catimo Pilhuan. —quiere decir—, Zeñor delante de vuestra merced, venimos yncados de rodillas como hijo somos, y me pidieron les diese un título original para resguardo de su pueblo...para que cualquier tiempo venidero nadie perjudique a los dichos naturales del pueblo de Santiago Tecoman...”


[1] Op. Cit., Pags., 8-10

[2] Op. Cit., Pags., 18-20

[3] URZUA OROZCO, Coliman, Caxitlan y Tecomán, Tomo I, Pags., 128 y 129.

El virrey bondadosamente expide dicho título de propiedad señalando “lindes y moxones” dando todas las disposiciones necesarias.

“Para que mediante los dichos recaudos se tengan por verdaderos señores y legítimos poseedores de lo cual no lo son agora...”

Los naturales en cambio, “se ofrecieron servir a su Magestad con los reales tributos, y guardar, mirar, cuidar un serro que llaman Sentinela, en los puertos por donde salen los enemigos”[1].

Y “Santiago Tecomán” se sigue llamando en otros documentos oficiales referentes a litigios de linderos de los años de 1794 y 1795, y así se dice pueblo de Santiago Tecomán hasta casi fines del siglo antepasado[2].


[1] ARCHIVO GENERAL DE LA NACION. Ramo Tierras

[2] URZUA OROZCO ROBERTO, Óp. Cit., Pags., 128-129.

La Colonia[]

A fines del siglo XVI y durante el XVII, la provincia de Coliman, a la que pertenecía la Parroquia de San Francisco Caxitlan, dependía del Obispado de Michoacán. Constatada por el Lic. Lebrón en su visita, se consiga la disminución en forma considerable, de la población nativa, lo que se vio reflejado en un descenso en la cantidad de huertas de cacao y estancias ganaderas.


Varios sucedidos le generan signo propio a estos dos siglos y medio de historia en Colima; en enero de 1559 el navegante español Avaro de Mendaña, quien llegó al puerto de Santiago, procedente del Pacífico Sur, trajo del grupo de islas que ahora se conocen como Islas Salomón, la planta de la palma de coco, que inició el cultivo y explotación del cocotero.


En el año de 1564, Miguel López de Legazpi Salió el 21 de noviembre del puerto de Navidad para la conquista de Las Filipinas.


En 1565, Fray Andrés de Urdaneta logró establecer una ruta segura de Filipinas a la Nueva España lo que abrió la posibilidad de que se transportaran filipinos a Colima, que eran llamados en el lenguaje particular de la Colonia, indios chinos.


Se considera que los filipinos fueron los que enseñaron en la costa de Colima, una actividad de vital importancia regional: la fabricación de vino de coco. El vino fabricado era enviado a otras regiones de la Nueva España. Las plantaciones de cocotero se extendieron con rapidez y pronto hubo grandes plantíos.


Durante los siglos XVII y XVIII, la Real Audiencia de México se opuso al desarrollo de los palmares en Colima, argumentando que la producción de vino de coco que se vendía indiscriminadamente tanto a nativos como a mulatos e indios chinos, originaba escandalosas borracheras que traían consigo enfermedades, peleas y crímenes. Sin embargo el objetivo principal era proteger la producción de vino de uva procedente de España.


Finalmente, la Real Audiencia logró establecer la prohibición de la fabricación del vino de coco, lo que significó un duro golpe para la economía regional. Quisiéramos explicarnos la prohibición por una breve lectura que nos ofrece Urzúa Orozco del mismo Fray Antonio Tello cuando se refiere al coco:   

“... por dentro tiene un género de comida muy blanda y sabrosa, de la cual se hace muy linda conserva, mantequilla, aceite muy sabroso, y una bebida de mucho gusto; en el vaso por dentro tiene una agua dulce, fresca, muy sana. Hácese de la palma un vino muy blanco y fuerte, cuya calidad es seca y caliente y en opinión de algunos médicos es mucho... cualidad... más sano que el de Castilla. Y se tiene esto por experiencia, pues no obstante que se hace grande (en gran cantidad) y los indios lo beben desordenadamente, no les causa "cocolixtle", ni otra enfermedad. Y aunque en otras provincias de la Nueva España ha habido muchas

endemias mortales, pestes y mortandades, a los de esta provincia no les haya habido en exceso; antes viven, recios, fuertes y gordos; sin que en ellos haya habido en algún tiempo peste general. Hácese también de este árbol vinagre muy fuerte y aguardiente y muy sabrosa miel; y sal de sus hojas, -y también hacen hilo...”. Termina la cita con:”... de este género de árboles hay cuantiosas haciendas y con el comercio sólo del vino y de sal, que se hace en artificio se sustentan aquellas tierras, por ser grande la cantidad que se saca para diversas partes...”


Al disminuir la población de nativos, que representaban la mano de obra de la época, trajo como consecuencia la introducción de negros al territorio, en calidad de esclavos.


Al correr el tiempo, tanto el grupo de negros como de indios chinos, se integraron a la población nativa.


Al decaer la producción de vino de coco, adquirió singular importancia la extracción de sal que era elemento importante en el beneficio de los metales. Las salinas que existían en el litoral de Tecomán eran: La Manzanilla, Lo de Vega, El Tecuán, El Guayabal, Guazango, El Real de San Pantaleón, San Juan de Dios y Los Pascuales, que eran explotadas durante el período de secas.


Mientras que algunos de los peninsulares fundadores de la primitiva Villa de Colima en Caxitlan, cambiaron el asiento de ésta, al lugar en donde se encuentra actualmente la ciudad de Colima, el antiguo asentamiento siguió desarrollándose, bajo el nombre de San Francisco Caxitlan, que era el nombre de la Parroquia. En este lugar nació el culto de la Virgen de la Candelaria, en cuyo honor se hacían festejos anuales que eran fiestas de españoles. En forma paralela se desarrolló el pueblo de Tecomán, que era una comunidad de indígenas.


A mediados del siglo XVIII, Caxitlan comenzó a despoblarse y emergió como población importante Valenzuela, que era un agrupamiento donde dominaban españoles criollos y mestizos.


 

Independencia[]

Ya para 1760 el pueblo de Tecomán contaba con 2 cofradías: la de Nuestra Señora de la Concepción y la de las Benditas Animas del Purgatorio y se celebraban dos fiestas especiales: “al Señor San Tiago y al Señor San Sebastián”, así nos lo expresa de fuente directa[1] el Historiador y Pbro. Lic. Florentino Vázquez Lara Centeno[2].


Debido sin duda a los trámites burocráticos de estilo (revisión de libros...), durante casi un año callan nuestras fuentes. Las pocas referencias aluden a que seguía el culto a la Virgen de la Candelaria en Caxitlan pero vemos que la administración parroquial se desplaza paulatina cuanto segura al pueblo indígena de Tecoman. Indiquemos algunos indicios o huellas:


El P. Martínez ya no se designa "cura del pueblo de Caxitlan y su partido", sino "cura del partido de Caxitlan", o "cura del valle de Caxitlan o “cura de esta congragación"[3].

Desde enero 1796 ciertamente le acompañan, viviendo en Tecomán sus hermanos D. José Manuel y Da. Micaela[4].


Por lo menos desde febrero 1797 y hasta el final le asistirá, viviendo ambos en Tecomán, su hermana Da. Juana Ma.[5]


[1]VAZQUEZ LARA CENTENO FLORENTINO, El Culto a la Candelaria de Caxitlan – Tecomán, Brevísimo Conspecto Histórico sobre su origen. Investigación del autor en el Archivo Parroquial de Caxitlan, Cofradía de las Benditas Animas del Purgatorio, FF. 4-5 (ARPACAXI) Página 1.

[2] Socio de número, tercer Presidente de la Sociedad Colimense de Estudios Históricos y Premio Colima Humanidades.

[3] ARPACAXI, pass.

[4] ARPACAXI, BAUT.2.

[5] Ibídem.


Posteriormente su hermano D. José Manuel, casado con Da. Francisca Avendaño, se la lleva a residir al mismo Tecomán (por lo menos desde junio de 1799).


Sus tíos D. Andrés Alcaraz y D. José Ma. Alcaraz (casado éste con Da. Ma. Del Pilar Brizuela), se establecen también en Tecomán.


Así, de modo familiar y de manera insensible, comienza a desmoronarse la hasta entonces granítica (en lo étnico) "república de indios del pueblo de Tecomán".


Mas decíamos que el culto a la Virgen de la Candelaria continuaba en el cada vez más despoblado pueblo de Caxitlan. Sirvan de ejemplo los testigos siguientes:


Dos pesos, de cuatro paradas de velas que se gastaron en las veinte misas del año 1798; y dos pesos gastados en velas de cera en estas misas que anteceden, más otras de sábado[1].


“Ciento sesenta y un pesos cuatro reales costo que tuvo el manto y túnica de la Santísima Virgen, y frontal de lustrina floreado de oro, plata y seda como se deja ver inclusive en este monto, forros, galones y su manifatura;


"Cincuenta pesos de los arrendamientos de diez pozos que tiene la Virgen en el Real y Salinas de San Pantaleón; los mismos que arrendé a varios sujetos en el presente año de 98"[2].


"Nueve pesos gastados en los años anteriores en velas de cera, desde el año de 95 hasta el presente de 800, en el Monumento de Cajitlán"[3].


La decadencia del pueblo de Caxitlan, las descuidadas administraciones pastorales, el cambio de adscripción diocesana, el traslado de la sede parroquial, la disminución de los bienes de la cofradía,....,son factores que se conjugan en apretada sucesión. En unos diez años el culto a "la Virgen de la Candelaria de Caxitlan parece a punto de extinguirse. Más falta aún la prueba de fuego.


A fines de febrero de 1810 el P. Rasura escribe: `Habiéndose ha nueve años incendiado la Yglesia de Cagitlan cuando era curato...”[4]. Fecha imprecisa pero que, según la manera usual entonces de contar, nos indica una data anterior a febrero de 1801.


Como no conozco documento apodíctico alguno, partiendo de esa hipótesis de trabajo busquemos sincronismos confirmatorios o aclaratorios. Pues bien, el último asiento en que se menciona la "Iglesia Parroquial de Cajitlán"' está hecho el 12 de oct 1800[5]; cuando, el 24 diciembre siguiente vuelven a sepultar "en la Iglesia de Caxitlan" ya no la complementan con el epíteto de "parroquial'. Y así será en lo sucesivo hasta enero de 1802 cuando el escribano asiente “en la Ayuda de Parroquia de Cajitlán”[6].


Por otra parte, el 5 octubre de 1800 en el pueblo de Tecoman “el Br. D. José Antonio Martínez, cura en encomienda por poder bastante que me concedió el Br. D. Antonio Norberto Sánchez Martínez, tomé posesión de este beneficio[7].


En consecuencia podemos concluir con cierta verosimilitud que, hacia principios de octubre de 1800 el pueblo indígena de Tecoman jurídicamente ya era curato en encomienda[8] y, unos días después, debió ocurrir el incendio del hasta entonces jurídicamente templo "parroquial “de Caxitlan”.


El incendio en Caxitlan destruyó el templo y un gran número de casas, por lo que la emigración a Valenzuela se incrementó, llegando a ser a mediados del siglo XIX, esta última población, la más importante del Valle.



[1] ARPACAXI, Cofr. Candelaria, fol. 50.

[2] ARPACAXI, Cofr. Candelaria, fol. 50 v

[3] Ibíd. Fol. 53.

[4] Ibid. Fol. 71 v.

[5] ARPACAXI. ENT. 1

[6] Ibídem.

[7] ARPACAXI. BAUT. 2, Fol. 146

[8] Cfr. PERUJO, “Diccionario de Ciencias Eclesiásticas”, tomo IV.


Al despoblarse Caxitlán, la cabecera parroquial pasó a Santiago de Tecomán, a donde fue trasladado el culto de la Virgen de la Candelaria, adquiriendo así Tecomán mayor relevancia como población. Así sorprendió a la región la Independencia de México.


{C}Durante la guerra libertaria tuvo lugar, en terrenos de Tecomán el acontecimiento que a continuación se expresa, en donde intervinieron realistas e insurgentes de la región: En 1812 los capitanes Pedro y Manuel Regalado, al frente de sus guerrillas tomaron los pueblos de Tecomán y Caxitlán, habiendo también asaltado el importante centro de Producción salinera de El Real de San Pantaleón.


En estas acciones Los Regalado arrestaron a varios vecinos caracterizados de los lugares por ellos tomados, entre los que se encontraba el Br. Don Juan José Rasura Cano, cura de Tecomán, quien había tomado posesión el 26 de enero de 1807, acendrado realista y enemigo acérrimo de los insurgentes.[1]


El 29 de diciembre de 1826, el Padre Alcaraz, en compañía de los Alcaldes de Caxitlan, reconoció, contó y herró los bienes pertenecientes a la Cofradía.


Para 1834, el cura interino de Santiago Tecomán, Celso García de Alba, termina de levantar y firma un censo de toda la jurisdicción parroquial tecomense, el cual arroja un total de 2115 habitantes distribuidos de la siguiente manera:




[1] VAZQUEZ LARA CENTENO FLORENTINO, Óp. Cit. Pág. 47



Censo de toda la jurisdicción parroquial tecomense[]

Nombre

Tipo

Personas

familias

Valenzuela

Congregación de

650

143

Tecomán

Pueblo

496

117

Pochote

Barrio del

168

43

Barrio Nuevo

Barrio

137

30

Chahuil

Barrio del

126

30

Ciruelo

Barrio del

120

28

Caxitlan

Pueblo

85

25

Guarachita

Rancho de

47

12

Metate

Rancho del

31

San Bartolo

Rancho de

28

Naranjo

Rancho del

28

Palo Cahuíte

Rancho del

27

Rosario

Rancho del

24

6

Cachepehual

Rancho del

21

Personajes Ilustres []

  • Gustavo A. Vázquez Montes
  • Jesús Silverio Cavazos Ceballos
  • Felipe Sevilla del Río
  • Roberto Urzúa Orozco
  • Jesús González Lugo
  • Justo Cardoso
  • José María Arreguín Guerrero
  • Antonio García Barragán
  • Jesús Otero Pablos
  • J. Jesús Garibay Medina
  • Dr. José salazar Cárdenas
  • Luis Alcaraz Macías
  • J. Guadalupe Aguilar Herrera
  • Daniel Reyes Vargas

Cronología de Hechos Históricos[]

AÑO

ACONTECIMIENTO

1500 a.c.

Comienzan a asentarse grupos de agricultores en Capacha, Chanchopa, Los Ortices y Morett, lugares donde se desarrolla la fabricación de cerámica para ofrendas mortuorias, uso doméstico y probablemente ornamental, destacando las vasijas zoomorfas y las representaciones de la vida cotidiana.

500 a.c.

Los pueblos nahuas se asientan en Colima en su tránsito por Mesoamérica.

600 d.c.

El occidente de México empieza a recibir influencia de las culturas mesoamericanas. Sus utensilios tienen usos prácticos y no solamente ceremoniales.

1400

Los señoríos de Colima, Xalisco, Tonallan y Aztlan, hacen frente a las conquistas Tarascas en la región.

1510

Se desarrolla la Guerra del Salitre entre los señoríos de Colima, Sayula, Zapotlan y Autlan para contener la penetración purépecha.

1523

Conquista y arriba Gonzalo de Sandoval a Caxitlan y funda la Villa de Colima

1554

Lebrón de Quiñones, visitador de la Nueva España, informa que la Alcaldía Mayor de Colima comprende 200 pueblos entre los valles de Tenamaxtlan, Autlan, Tecomán y las provincias de Colima, Coalcoman, Tuxpan, Zapotlán y Tamazula, entre otros.

1572

La provincia de Colima, dependiente de la Nueva España, se integra a la Nueva Galicia

1578

La Corona acuerda que Colima y Zacatecas sigan perteneciendo a la jurisdicción de la Nueva Galicia.

1581

El virrey Luis de Velasco concedió tierras a Tecomán.

1700

La producción de sal en la provincia de Colima tiene un repunte vertiginoso, debido a que abastece a las zonas mineras de la Nueva España.

1780

Decadencia de Caxitlan y progreso de Tecomán.

Pedro Romero de Terreros, Conde de Regla, adquiere gran parte de las estancias, salinas y haciendas de Colima.

1789

Por Cédula Real firmada por Carlos III se dispone la incorporación de las provincias de La Barca, Zapotlán el Grande y Colima a la mitra de Nueva Galicia. Colima se convierte en el principal abastecedor de sal a las minas de Guanajuato.

1795

Colima es integrada a la intendencia de Guadalajara.

1810

El 7 de octubre, José Antonio Díaz, vicario de San Francisco Almoloyan, por conducto del ayuntamiento de Colima, invita a las alcaldías de Cautan, Comala, Coquimatlán, Ixtlahuacán, Juluapan y Zacualpan para adherirse al pronunciamiento de Hidalgo. Al abortarse la convocatoria, Antonio Díaz parte a Guadalajara, donde es designado consejero y proveedor general de los insurgentes.

1811

El 27 de agosto, el insurgente colimense Ignacio Sandoval derrotó en Palo Cahuite a los realistas mandados por el capitán Guzmán y el cura Arzac de Almoloyan.

1812

El cura de Tonila Basilio Monroy, con 116 hombres de caballería y 60 de infantería incursionó por el valle y la costa, persiguiendo a los insurgentes.

1821

Anastasio Brizuela, Juan Ceballos y Jerónimo de Arzac proclaman la Independencia en Colima.

1847

Un terremoto destruyó Tecomán y Valenzuela.

1856

Se aprueba sin discusión y por unanimidad de 82 votos en la Asamblea Constituyente, la elevación de Colima a estado de la Federación.

1857

La Primera Legislatura de Colima abre sus sesiones. La entidad se integra con 6 municipios: Colima, Comala, Villa de Alvarez, Coquimatlán, Ixtlahuacán y Tecomán. Manuel Alvarez, primer gobernador, es asesinado en una asonada conservadora.

1881

El Papa León XIII erige la diócesis de Colima.

1916

Luis B. Gutiérrez "El Chivo Encantado", famoso bandolero incendió la estación del ferrocarril, el archivo municipal y saqueó Tecomán.

1928

El 5 de octubre se le anexó a Tecomán el municipio de Ixtlahuacán.

1932

Junio 3, terremoto de magnitud 8.2 Catalogado como el de más grande del siglo pasado. Daños importantes en construcciones típicas y algunos edificios en Jalisco y Colima. Tsunami en Manzanillo con altura de 2.0 m.

Replicas importantes el 18 y 22 de junio, con magnitudes 7.8 y 6.9, respectivamente. El evento del día 22 produjo un devastador tsunami con olas hasta de 10 m en Cuyutlán, penetrando hasta un kilómetro sobre el continente se afectaron las salinas de Tecomán.

Se restablece el municipio de Ixtlahuacán.

1952

El 26 de enero Tecomán fue elevado a la categoría de ciudad

1956.

Partidarios del señor Hermenegildo Gutiérrez, candidato independiente a presidente municipal, trataron de tomar por asalto el palacio municipal.

1973

Enero 30, terremoto con magnitud 7.6. Epicentro en la costa de Michoacán, cercano a Colima. Los mayores daños ocurrieron en el estado de Colima y parte de Michoacán y Jalisco. Provoca un tsunami con olas de 1.1 m en Manzanillo, en Tecomán derriba casas y edificios a las 13:03.

1985

Un sismo de magnitud 8.1 se inicio en Caleta de campo, Michoacán y fue sentido el 19 de septiembre, con réplica de magnitud 7.1 el día 21 del mismo mes, estos terremotos afectaron viviendas y muros en Tecomán, no se reportaron victimas en nuestra entidad.

1987

Fue inaugurada la autopista que comunica Tecomán con la ciudad de Colima.

1995

Octubre 9, terremoto magnitud 8.0. Epicentro frente a las costas de Colima, cercano a Manzanillo. Produce el colapso total del hotel Costa Real y daños importantes en vivienda y otros hoteles. Asimismo, produce daño menor en la planta termoeléctrica y licuación de arenas. Provoca un tsunami con olas hasta de 5 m de altura, entre Manzanillo y Chamela.

2000

El Gobernador del Estado, entrega e inaugura la Casa de la Cultura en su primera etapa, el 15 de enero.

2001

El Gobernador del Estado, entrega e inaugura: el Anillo Periférico en su primera etapa, La Unidad de Atención a discapacitados y el quiosco de atención el 28 de noviembre.

2002

El Gobernador del Estado, entrega e inaugura: la nueva biblioteca de Casa de la Cultura, inicia el Museo Arqueológico, que son segunda etapa de la Casa de la Cultura, asimismo inaugura el Casino de la Feria y la nueva sede de la Biblioteca Francisco Ramírez Villareal en la colonia El Chamizal, de esta cabecera municipal.

2003

El 21 de enero a las 20:08[1] se produce un terremoto frente a las costas de Tecomán de 7.6 grados de intensidad en la escala de Richter y múltiples réplicas de intensidad considerable, resultando afectadas cerca de 5000 viviendas en el municipio, 6 fallecimientos y cientos de heridos.

El presidente de la república en compañía del gobernador del estado, el presidente municipal de Tecomán y los legisladores federales y locales, recorrieron y constataron los daños, posteriormente se declara a Colima zona de desastre y recibe la ayuda federal e internacional.

El 25 de julio, el Gobernador del Estado acompañado por el Director General del INAH y el Presidente Municipal de Tecomán, inauguran el Museo Arqueológico Caxitlán.

El 13 de agosto, fue inaugurada por el Gobernador del Estado de Colima la escultura monumental de 33 metros de altura denominada “El Limonero, Arbol de la Vida”, situado al ingreso de la Ciudad de Tecomán.


[1] Según el Servicio Sismológico Nacional.

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